Por: Luis Ángel Hurtado Razo
Aunque
todos pensábamos que con la reforma electoral de 2007, en la cual se contempla
la regulación de las campañas negativas y los tiempos de los partidos políticos
en los medios de comunicación, vemos que dicha reforma no fue suficiente,
porque en las elecciones presidenciales de 2012, la sociedad mexicana fue
testigo de una nueva campaña de negra en contra de uno o varios candidatos
presidenciales.
Lo
curioso de esto, fue que el Partido Acción Nacional, una vez más fue el primero
en decidir emitir dicho mensaje, al igual que en el 2006, el panismo considero
que orquestando una campaña en la que demeritará a su adversario sería suficiente para una vez más remontar en
las encuestas y lograr con ello la victoria.
Sin
embargo se observa hasta el este momento que Josefina Vázquez Mota, candidata a
la presidencia de México no logrará la victoria, esto porque la gran mayoría de
las encuestas la ubican en segundo y tercer lugar. Muy lejos del puntero hasta
este momento, Enrique Peña Nieto, candidato de la Coalición Compromiso por
México.
Por
otra parte, el panismo en el 2012, consideró en su estrategia no solo atacar al
puntero de los sondeos de opinión sino también a quien se encontraba en segundo
sitio, con el objetivo de lograr captar el mayor número de votos que le fuera
posible. Como se puede observar el panorama que actualmente vivimos es
enriquecedor porque en este podríamos ver que tan efectivas son las campañas
negativas.
Pero
antes de comenzar a analizar el fenómeno de las campañas negativas en el 2012,
considero que sería pertinente remitirme a las elecciones de 2006, esto porque
en dicho proceso electoral, fue donde se utilizó mucho más explicita esta técnica
de la propaganda. Y no solo por un partido político que era el emisor legal
para emitirla sino también por grupos políticos e individuos que consideraban
que la posible llegada del candidato de la Coalición Por el Bien de Todos
representaba un riesgo para el país o para sus intereses, esta podría ser una
gran diferencia en contraste con lo ocurrido en el 2012. Veamos lo siguiente
para comprenderlo.
Campaña negativa durante las elecciones
presidenciales 2006
Para desarrollar este apartado, me tomaré la libertad de
citar algunos de los resultados a los que llegue cuando emprendí una
investigación sobre la comunicación política-campañas negativas durante el
proceso electoral 2006[1],
en el que estudie el comportamiento que tuvieron los distintos actores que
participaron[2]
en dicho proceso y que emitieron mensajes que encuadre como orquestados y que
juntos constituyeron de lo que denomine como campaña negativa.
Considerar la acción humana de manera voluntariosa es otro
eje metodológico que ayuda a comprender el ejercicio político. Y para ello las
teorías de Max Weber siguen siendo indispensables; como darle un sentido o una
intención a toda la actividad humana.
Nada ocurre por la fuerza divina, la casualidad o el azar;
con todo y que el enfoque procesal ubique al segundo dentro de la estadística,
amén de la complejidad de fuerzas o ciclos que intervienen en un determinado
proceso social. La intención, el propósito, el fin claro y focalizado son los
ingredientes de todo coctel procesal.
Así, fueron estos elementos metodológicos los que me permitieron
efectuar esta investigación, tomando a la
comunicación humana como un proceso social compuesto por innumerables y
complejos ciclos, con un gran número de actores, recursos tecnológicos y
dinámicas sociales; todo en un espacio social, un tiempo y un ritmo
determinados: nos referimos a la promoción del voto durante el proceso electoral
del 2006 para la presidencia de la república.
¿Qué fue lo notable durante ese periodo que me motivó a
emprender esta investigación de carácter comunicativa? Desde mi punto de vista
ocurrieron tantas cosas tan importantes para el país, que aún no alcanzó a
vislumbrar sus alcances.
Pero como lo que ocurrió en 2006 también tuvo consecuencias
para la propia teoría de la comunicación, a ello me consagro en realizar este
trabajo: probar la trascendencia de lo sucedido durante el 2006 con la
finalidad de comprobar la teoría de la comunicación, tan perpetuamente debatida,
tanto en el 2006 como en el 2012.
Con esta idea llegue a las siguientes conclusiones:
Coincidencias
Coincidencia en la diatriba de los participantes legales e ilegales durante
el periodo electoral del 2006.
Pese a los obstáculos para tener acceso a
los archivos sonoros, de imagen y audiovisuales de los grupos políticos y
económicos de mi interés, las evidencias recabadas y examinadas permitieron
demostrar la coincidencia de discurso para descalificar a uno de los
contendientes: prueba de una acción concertada.
No obstante, como señala Daniel Bell, en
el terreno de lo político la coincidencia no es accidente; de tal modo que los
lemas de campaña de los participantes legales y los ilegales no pueden
interpretarse como una inocente coincidencia. Recordemos, el discurso de los
participantes legales era:
l Los
que no nos quieren, nos dicen que tenemos todo en contra, que no hay razones
objetivas que justifiquen mi candidatura, que ya contamos nuevamente con un
mesías, con un caudillo, con un salvador. [5]
Discurso
de los participantes ilegales:
· A lo
largo de los últimos 10 años, el país ha creado los mecanismos e instituciones
necesarias para que cada día surjan más microempresarios que puedan hacerse de
un patrimonio y sacar adelante a sus hijos. Ése es el gran camino para México:
crecer, porque cuando crece uno crecemos todos. Apostarle a algo distinto es
retroceder: defendamos lo que hemos logrado.[7]
· En
México no necesitas morir para definir tu futuro, sólo tienes que votar: ármate
de valor y vota.[8]
· Joaquín,
hay un lema de campaña que hecho eco entre la ciudadanía y es del candidato
Sabritas… los invito a tener como yo las manos limpias.[9]
· Éstas
son unas de las semejanzas y diferencias entre López Obrador y Víctor González
Torres: López Obrador es socialista radical, como Fidel Castro y Hugo Chávez,
mientras que Víctor González Torres es socialista moderado semejante a Michelle
Bachelet, Kirchner o Lula Da Silva. Víctor González Torres piensa ayudar al
pobre protegiendo la inversión para que se generen empleos: López Obrador no
garantiza la libre empresa.[10]
· En
el gobierno de López Obrador hay el germen de autoritarismo y un proyecto
personal. La imagen de Carlos Salinas de Gortari construida por López Obrador
es en realidad un espejo, por eso la conformación de su equipo. Por eso su
programa tan cercano a aquel del liberalismo social del salinismo. Un peligro,
pues.[11]
· Hemos
visto muchas veces en América Latina cómo las instituciones democráticas han
sido debilitadas por los nuevos líderes políticos del siglo XXI. Eso puede ser
riesgoso, pues el desafío más grande al proceso democrático es el aspecto
institucional o el imperio de la ley.[12]
· Yo
espero que Felipe Calderón sea el presidente de México, por el bien de los
mexicanos, México debe elegir entre una garantía, como es Felipe Calderón y
como es el PAN, y la incertidumbre; tiene que elegir entre la estabilidad y la
aventura; entre la seriedad política y la demagogia.[13]
Como
si fuesen parte de un coro, tanto los legales como los ilegales centraron con
matices muy tenues sus ataques y descalificaciones contra uno solo de los
candidatos. Pero al unir sus esfuerzos también sumaron recursos económicos y
así los destinaron a la guerra comunicativa, que terminó convirtiéndose en toda
una masacre comunicativa[14].
La
conclusión anteriormente descrita, describe a la perfección los excesos que se
vivía en los procesos electorales en materia de comunicación política. Lo cual
propiciaba un terreno poco equitativo para los partidos opositores. Ante tal
abismo legal con el que se contaba, el gobierno en turno y el poder legislativo
consideraron pertinente la redacción de una nueva ley electoral que regulara el
comportamiento de los medios de comunicación durante los procesos electorales.
A grandes rasgos, se pueden observar los cambios que se efectuaron en el Código Federal
de Instituciones y Procedimientos Electorales (COFIPE), que normarían las elecciones
venideras.
[2] En mi libro El año del
complot, la estrategia política-comunicativa vs AMLO, propongo dos grupos de
participantes. El primero de ellos que denominado participantes legales: son
todos aquellos grupos e individuos que tienen las facultades otorgadas por la
ley para emitir mensajes propagandísticos. Y el segundo, nombrado como
participantes ilegales: que son todos aquellos grupos e individuos que
participaron comunicativamente en el proceso electoral de 2006, y que no tenían
las facultades legales para emitir propaganda.
[3] Declaración de Roberto
Madrazo en ¿Quién es el señor López?,
Astillero Films, Mandoki, Luis, op. cit. vol. 2, 59 min. 12 segundos.
[10] Víctor González Torres, al no
obtener registro para ser candidato por el PSDC, se postula como candidato
independiente y emite espots en radio, televisión, prensa y espectaculares, sin
que el IFE interviniera para frenar su proselitismo.
[13] José María Aznar,
expresidente de España, expresa su sentir político sobre las elecciones de
2006.
[14] En mi libro El año del
complot, la estrategia política-comunicativa vs AMLO.